"Unbuilt", de José Antonio Buil

 


Nada como lo perdido para crear en nosotros un sentimiento de eternidad, nada como lo no realizado para imposibilitarnos el olvido. Lo irremediable significa deseo, en muchos casos también envuelve la belleza en un manto de magia y fascinación. El arte se encarga de edificar las aspiraciones humanas, de imponer la voluntad; pero también el arte tiene la función de rellenar los huecos de la imaginación, de guiarnos por nuestra propia construcción como seres humanos y así lograr evolucionar.  Somos proyectos cuyo origen se remonta a la noche de los tiempos y que, cada generación, va modificando. Esto bien lo sabe el poeta y médico José Antonio Buil que acaba de publicar Unbuilt (editorial Cuadernos del Laberinto. Madrid, 2022) en donde nos muestra un conjunto de espacios comprometidos con un ritmo calculado y una métrica bien elaborada. Poesía de techado a tres vertientes, poesía de luz y contraluz, resistencia y a la vez empeño constructivo de uno mismo contra uno mismo.

José Antonio Buil se ha inspirado en la arquitectura como eje en el que se enredan y nacen sus poemas, centrándose en obras bien planificadas pero no ejecutadas. Obras que ejercen un nivel de fascinación tremendo, como puede ser el caso del Cenotafio de Newton, proyectado por el arquitecto francés Étienne-Louis Boullée en el siglo XVIII, un monumento funerario conmemorativo que no debía de albergar los restos del científico sino rememorar su trabajo como uno de los grandes genios de la historia; o el supuesto encargo realizado a Antonio Gaudí de realizar un rascacielos: El Hotel Atracción, en Nueva York.

Buil juega con su apellido y trasforma lo creado en anhelado. Unbuilt nos muestra las zonas más recónditas del ser, las vigas que sostienen nuestros recuerdos, esos cimientos incognoscibles, las derrotas que nos hacen únicos o las ventanas por las que entran y salen las ideas.

Un libro fascinante, original en este mundo de la poesía donde parecía que todo estaba definido.

 Hemos hablado con el autor, con José Antonio Buil, para conocer de primera mano los ingredientes de esta obra.

 

—¿Qué va a encontrar el lector bajo este título tan original que juega con su nombre, cómo definiría “Unbuilt”?

—Primero perplejidad, tal como señala al inicio del prólogo Emili Rodríguez Bernabeu, pero también profundas intimidades. El título “Unbuilt” se inspiró en una edición de la plataforma Tumblr que en 2019 mostraba imágenes de grandes proyectos arquitectónicos que no se llegaron a construir, “The Unbuilt”, o que fueron olvidados y demolidos. Ello me dio pié a indagar en las “unbuilt ideas” del arquitecto holandés Rem Kolhaas y en la exploración ideográfica que representa la llamada “Desarquitectura”. Esas imágenes me atraparon y dieron lugar a otras, configurando un conjunto alegórico de metáforas y figuras literarias sobre las que armar el poemario. Pero sí, hay algo de distopía lírica en Unbuilt.

—Este poemario nos muestra elementos arquitectónicos, obras no realizadas o demolidos como metáfora, en muchas ocasiones, del lugar en el mundo del ser humano. ¿Cómo eligió los componentes arquitectónicos y cómo dio con esta singular relación?

—Eso forma parte del misterio de la poesía, porque es ella quien llama y quien elige, no nosotros. El poeta lo que hace, una vez que se ve atrapado por el lazo de la poesía, es intentar salir y recuperar su libertad inicial, sin conseguirlo. En ese momento no le queda otra  que reconstruir una nueva realidad desde su celda, valiéndose de sus dotes artesanales y el don de la creatividad.  

—¿Cómo relaciona su profesión de médico con la faceta de escritor?

—Escribir forma parte de una órbita en el plano ontológico que se sitúa por encima de cualquier profesión. Es cierto que los profesionales y estudiosos de la lengua y la literatura, los académicos del arte en general, poseen técnicas y conocimientos que les confiere una mayor habilitación para escribir, pero la ficción en general y la poesía en particular requieren dotes añadidas no aprendidas en las universidades, sino en el mundo insondable de las experiencias vitales como la sensibilidad, la cognición, la intuición, la imaginación…, cuyos íntimos mecanismos aún desconocemos en su totalidad. 

—Este es su octavo poemario publicado ¿qué le ofrece la poesía frente a la narrativa?

—La poesía te permite cosas imposibles o muy difíciles de alcanzar por otra vía de conocimiento y expresión. La poesía te permite dislocar el discurso, experimentar contradicciones sin apurarte por ello; te permite desgajar y separar el tiempo del espacio, de la realidad, cosa que ni siquiera la física cuántica ha conseguido hasta el momento; te permite —o más bien te obliga diría yo— a decir lo que nunca se ha dicho y nunca se volverá a decir… Todo esto no se puede hacer con el lenguaje lógico-fomal y denotativo de una narración del tipo que sea, aunque se trate de una ficción.

—¿Cómo definiría la pasión, oficio, don de escribir?

—En parte como ya lo vengo diciendo aquí. Por lo demás, todo el mundo nace con capacidad e impulso para escribir, pero obviamente las circunstancias operan en cada cual de modo muy distinto desde una edad temprana. Hay mucha gente que escribe, no es nada raro, pero expresar la belleza, la estética del enigma, y en el caso de la poesía con mayúsculas decir lo indecible mediante el lenguaje, eso ya es otro cantar. Algunos lo han conseguido.

—¿Te sientes integrado en algún grupo o escuela poética?

—Ni idea, que otros —los lectores, la crítica, los académicos— lo digan.

—¿Cómo te defines como escritor?

—Depende de lo que uno escriba. Si la poesía por definición es indefinible, también lo tiene que ser su práctica. Hace poco, en una entrevista a la poeta canadiense Anne Carson, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2020, le preguntaron qué era para ella la poesía, a lo que escuetamente respondió: “Aún lo estoy pensando…”.

 


CENOTAFIO DE NEWTON
(Étienne-Louis Boullée, 1748)

Con asombro hemisférico
hoy he visto la obra de Boullée,
la sombra imaginada que proyecta
el enorme relieve de su bóveda,
pura geometría
        de su grandiosidad.

Un sepulcro vacío que no existe,
una hilera sembrada de cipreses,
la cúpula celeste, sus estrellas,
un espacio creado y sin embargo
tan solo es un dibujo
trazado en un papel.

Es el peso y el paso de los siglos
sobre este mausoleo y su virtualidad,
inútil homenaje
al afán del autor de los Principia,

al enigma de su sabiduría,
la pureza de su conocimiento
que la historia de siempre nos reclama,
la historia que gravita sobre este cenotafio
que no sabe de números,
que no sabe de límites,
que no sabe de emblemas ni salmos laudatorios,
ni por qué —nadie sabe aún por qué—
esa tumba sin cadáver
        sigue ahí sin construir.


 


HOTEL ATTRACTION
(1908)


Si un buen dia te pasas por el cielo
te saltará a la vista
una obra imponente de Gaudí,
otro ingenio de su imaginación
plasmada en un proyecto
            que no se construyó.

Un proyecto de origen en su espíritu
con destino final en Nueva York,
de tales dimensiones
que daría cabida a medio mundo
con sus plazas, teatros y museos,
lujosos restaurantes con vistas panorámicas
y gigantescas cúpulas.

América en lo alto. Eran años
de nuevos promotores y multimillonarios,
de grandes transatlánticos,

de famosos estrenos en las óperas,
las de Viena, París o Budapest,
del extraño suceso de Tunguska
allá en la Siberia,
        y tal vez como siempre
un amargo regusto en las Españas.


 

José Antonio Buil
José Antonio Buil

Nació, vivió y estudió Medicina en Zaragoza. Es especialista en Salud Pública y ha desarrollado su trabajo en el campo de la gestión sanitaria. Reside en Alicante, donde obtuvo el grado de doctor en la Universidad Miguel Hernández de Elche en 1997. Escribe poesía desde la década de los 90 y sus obras han sido reconocidas y galardonadas en diversos certámenes literarios de ámbito nacional e internacional, como el José Luis Hidalgo de Torrelavega (Cantabria), el Rodrigo de Cota del Ayuntamiento de Toledo, o el Luys Santa Marina-Ciudad de Cieza (Murcia) entre otros. Es miembro fundador del Ateneo Cultural del Colegio Oficial de Médicos de Alicante (COMA).


Comentarios

  1. Pues, me queda una duda ¿dónde y cuándo se presenta en sociedad?

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  2. Jose Antonio Buil ha presentado el pasado mes de diciembre su ultimo poemario "Unbuilt". Se comenta en este blog la característica de la obra y se dan algunas pinceladas sobre el autor, médico y poeta, miembro del Ateneo Cultural del COMA. Leída la obra, sentado en un sillón de orejeras, envuelto en el calor del hogar ( y arropado por el del radiador que alimenta Gas Natural), se va sorprendiendo el lector, verso a verso, página a página. En esta entrevista José Antonio nos explica cual es la etiología de este poemario de nombre "extraño", aunque entrañable. La primera parte, tras el prólogo de nuestro poeta Emili Rodríguez Bernabéu, se inicia el primer capitulo "Unbuilt" (Lo no construido),y el lector se sumerge en versos de estructura clásica, y otros rotos que confieren un compás lirico que obliga a leer y leer, como quien se adentra en una pequeña embarcación en el extenso mar y se deja llevar por el empuje de las olas. De pronto, surge "Pequeñas arquitecturas de lo invisible", como una isla de paz en la que el poeta lleva al lector a una harmonía de versos íntimos, de amor, que surgen de su otro interior y que rompe la agreste realidad de la deconstrucción que da nombre al poemario.
    Buil, intencionadamente, nos contrapone la tragedia de la inoportuna actividad humana, con la tragedia de la construcción de sí mismo a través del amor. Este, sí edificado y conservado en el tiempo. Una gran obra que llama a ser leída.
    Francisco Mas-Magro y Magro.

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