Superman contra el Klan


Editorial Hidra  publica estos días Superman contra el Klan, un tomo donde recopila la aclamada y premiada miniserie de tres números que DC publicó a finales de 2019, un comic cuyo origen se remonta a más de 60 años atrás…

Las aventuras de Stetson Kennedy

Stetson Kennedy era un joven idealista miembro de una familia sureña nacido en Florida en 1916. Flo, la chacha negra que le crio, y a la que quería más que a su madre, fue atacada y violada por miembros del Ku Klux Klan por el simple hecho de discutir con el conductor blanco de un tranvía sobre el cambio del billete.

Como si de un origen secreto se tratara, Kennedy juró venganza, pero en vez de hacerse superhéroe se unió a la organización antirracista Liga Antidifamación y se ofreció voluntario para infiltrarse en el Klan para reunir información con la que denunciarles. Estamos en 1946. En los años 40 el Klan tenía miles de miembros y estaba firmemente consolidado en un país en el que las prácticas racistas de segregación eran legales y lo siguieron siendo hasta los años 60. Era una organización muy peligrosa ideológicamente, pero sólo ocasionalmente violenta, simplemente porque no lo necesitaban: en los años 40 “solo” fueron linchados 31 afroamericanos. La población negra no se atrevía a moverse.

El Klan era, sobre todo, una fraternidad de garrulos racistas que se reunían en secreto en ceremonias que Kennedy encontraba ridículas, llenas de símbolos y frases en clave. Por supuesto también era un negocio para los jefes de la organización, que se lucraban de las cuotas de los miembros. La información que iba reuniendo la enviaba a la Justicia o a los periódicos, pero sus esfuerzos eran en vano debido a que el Klan y su ideología impregnaban todos los estamentos del poder al menos en los estados del Centro y Sur de Estados Unidos. Además, aunque hubiese podido hacer algo contra el grupo de Atlanta en el que se había infiltrado, había miles de grupos en Estados Unidos.

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