La tejedora de apegos, de Eduardo Velázquez González


La tejedora de apegos, de Eduardo Velázquez González


Por José Luis Celada Manso

La tejedora de apegos, del poeta madrileño Eduardo Velázquez González, es uno de esos libros que se encuentran por remotas casualidades y que se quedan con uno. Forman parte de ese reducto cimentado, de esa parte clave de la biblioteca personal, por lo menos es mi caso.

Leer los versos de Eduardo Velázquez González supuso un deslumbramiento, una ruptura con el miedo a la poesía contemporánea y un golpe en la mesa, un golpe fuerte exclamando: “Sí, señor. Aquí tenemos a un poeta de verdad”.

El lector actual, sobre todo el joven está cansado de goles, de efectos, de pseudo-literatura y escuchar la típica frase de “Yo es que no leo poesía porque no la entiendo” es cada vez más cierto y común. Pero, lectores, no nos dejemos engañar por el traje nuevo del emperador. ¿Qué es eso de que no se entienda una poesía? Justamente la poesía es la más cristalina de las arte, pero también las más complicada ya que requiere un cuidado en su construcción que pocos dominan.

Y entre estos cuidados el principal es tener algo que decir. Entre tanto humo cegador, entre tanta patraña y vanidad, encontrar un poeta de verdad, de los que cantan la cotidianidad, de los que nos hacen sufrir, amar y odiar con él, supone abrir la puerta a un castillo hermoso y cautivador.

No se lo pierdan, vuelvan a confiar en la poesía.


"La tejedora de apegos"
Eduardo Velázquez González
Editorial Cuadernos del Laberinto. Coleccción ANAQUEL DE POESÍA, Nº 84
144 páginas • I.S.B.N: 978-84-948608-3-6 • 12,50 €

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