Lady Bird

El primer largometraje como directora de Greta Gerwig es la película indie de siempre como nunca la habíamos visto. 'Lady Bird' resigue el clásico proceso de paso a la edad adulta que conforma buena parte del cine independiente estadounidense y no menos óperas primas. La protagonista, Christine (Saoirse Ronan), se encuentra en el último año del instituto y espera poder matricularse en una universidad en la Costa Este, en la otra punta de su Sacramento natal, con la esperanza de poder realizar allí sus sueños.

Como tantas adolescentes, la muchacha se encuentra en fase de construir su propia identidad, por lo que decide apodarse Lady Bird, un nombre que elige para ella misma en sustitución del que le adjudicaron sus padres. La protagonista, de hecho, no para de pelearse con su madre, discute con su hermano y la novia de este, y mantiene un trato más cordial con el padre. Este último año de instituto es un momento de transición para ella, una de esas épocas en que se abren pero también se cierran ciclos vitales.

La película arranca con una violenta discusión entre Christine y su madre en el coche. Desde la primera escena la directora recalca cómo las mujeres, de adolescentes, nos construimos desde el conflicto con nuestras madres. Entre todas las relaciones que marcan a la protagonista a lo largo del filme, esta es la que acaba cobrando mayor peso específico. La siempre estupenda Laurie Metcalf encarna a una de esas madres multitareas a quienes les toca siempre hacer de poli malo, en oposición al poli bueno paterno, una mujer capaz de enfadarse a la mínima con su hija para después sacar el tiempo que no tiene a fin de arreglarle un vestido. La larga experiencia de guionista de Gerwig se hace notar en algunos diálogos brillantes que resumen a la perfección los matices de este tipo de relaciones. En uno de los muchos encontronazos entre madre e hija, Christine le exige a su madre no solo que la quiera (al fin y al cabo, eso lo hace cualquier madre con su retoño), también que la aprecie, el signo definitivo de que valora a la chica más allá del vínculo sanguíneo.

Esta construcción de una identidad propia desde una perspectiva femenina incorpora elementos que Gerwig ya había esbozado en algunos de los filmes en los que había colaborado como guionista y actriz. Como en 'Frances Ha', también aquí la ruptura más traumática de la chica no es con el novio sino con la mejor amiga. En su tramo final, 'Lady Bird' subvierte una de las rutinas más instaladas en la comedia adolescente norteamericana, la que marca que al baile de fin de curso solo se puede asistir con una pareja sentimental. La elección de Christine subraya la centralidad que Gerwig otorga a la amistad entre mujeres, en contra del lugar secundario o subsidiario que se le ha dado tradicionalmente en el cine. Como en 'Mistress America', la protagonista también está dispuesta a dejarse fascinar por Nueva York. Aunque, como le ha pasado a cualquier recién llegado a la gran ciudad tras años deseando abandonar el pueblo, no tarda en descubrir el talante cosmopaleto de algunos urbanitas.

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