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La fiesta de nominados al Goya celebra su diversidad y las caras nuevas
La fiesta de los nominados a la 32 edición de los Premios
Goya, que se entregarán el 3 de febrero, ha celebrado la diversidad de
las películas que compiten este año, con temas tan variados como idiomas
en los que se han contado las historias, y todos se han felicitado de
la aparición de caras nuevas.
"Este ha sido un año muy
especial", consideraba Alberto Iglesias, el nominado que más Goya
atesora (diez de quince nominaciones) y que vuelve a competir por la
banda sonora de 'La cordillera'. "Es verdad que el año que viene habrá
más películas de los nombres más conocidos del cine español que, desde
el principio, establecen una mayor atracción, pero creo que es muy bueno
que haya gente nueva, hay que ayudar a descubrir a los nuevos, que
traen nuevas ideas y nuevas formas de hacer cine", ha comentado el
compositor con la prensa.
En la fiesta, que regresó a la Real Casa de Correos de la
Puerta del Sol -sede del Gobierno regional madrileño- tras cinco años de
ausencia, se echó en falta a la presidenta de la Academia, Yvonne
Blake, que se recupera de un ictus, y a la que se deseó una pronta
recuperación con un gran aplauso.
En su lugar, la
vicepresidenta Nora Navas destacó la "excelente cosecha" de películas
"marcadas por la pluralidad y la diversidad que demuestra que el cine
promueve el diálogo entre lo distinto". "Trabajos, todos ellos, de una
calidad indiscutible -ha dicho Navas- para crear películas que nos
permitan soñar".
La vicepresidenta también ha recordado
los 300 nuevos miembros que se han sumado este año a la Academia y ha
agradecido a los 159 nominados "las ganas, el esfuerzo y el respeto" con
el que han llevado a cabo sus trabajos.
También hubo
ovación para Marisa Paredes, Goya de Honor 2018, la única actriz que
sabe seguro que se llevará un "cabezón" el día 3, como recordó la
presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que dio la
bienvenida a los asistentes sumando sus deseos a los del mundo del cine
para que la bajada del IVA cultural sea un hecho cuanto antes.
Por
su parte, el director general del ICAA, Óscar Grafenhain, que
comparecía por primera vez en una fiesta de nominados, ha recibido el
guante de Cifuentes -"esperamos estar a la altura", ha dicho- y ha
destacado la "sintonía" de su departamento con la Academia. Al tiempo,
ha recordado los 103 millones de euros de la taquilla española de 2017.
"Estamos orgullosos de vuestro trabajo", les ha dicho a los nominados.
En
un ambiente distendido, los aspirantes a uno de los 29 premios han
desfilado ante la prensa, comentando sus esperanzas e ilusión por
conseguir el premio, momentos antes de sentarse juntos para hacer la
tradicional foto de familia. Nominados que se conforman con estar en el
grupo de los elegidos, como Sandra Escacena, protagonista revelación de
'Verónica' y la más pequeña, con 16 años, que ha entrado "por los pelos"
-la Academia no permite competir por debajo de esa edad-, o la veterana
Adelfa Calvo, aspirante a secundaria por su papel en 'El autor'.
Y
nominados convencidos de que no van a ganar, como Andrés Gertrudix, que
se ve en "inferioridad de condiciones" respecto a ganadores "natos"
como Antonio de la Torre, Javier Gutiérrez y Javier Bardem y sus
"enormes" películas -'Abracadabra', 'El autor' y 'Loving Pablo',
respectivamente-, frente a su pequeña e íntima 'Morir'. Favorito, dicen,
Bardem, que no acudió a la cita, ni tampoco Penélope Cruz, ambos
nominados por 'Loving Pablo', como tampoco fueron 'los Javis', Javier
Ambrossi y Javier Calvo, aspirantes por la dirección novel de 'La
llamada', que no pudieron abandonar su ocupación de "coaches" en
Operación Triunfo. Sí estuvieron sus actrices nominadas, Anna Castillo y
Belén Cuesta, y el creador de su canción original, Leiva, sorprendido e
ilusionado a partes iguales por "estar aquí, sin ninguna pretensión
previa", ha explicado.
Las mujeres nominadas quedan en un
"1 a 3" respecto a los hombres en la mayor parte de sus categorías, a
excepción de las "femeninas" vestuario y maquillaje -donde sólo está
Paco Delgado por el vestuario de 'Abracadabra'-, y los nominados creen
que es hora de la discriminación positiva.
De esa opinión
es la directora Carla Simón, que compite por su ópera prima 'Verano
1993', definitivamente a favor de "incentivar a las mujeres cineastas
que ahora se están formando". "Falta animar desde la política, y faltan
referentes", decía la joven directora catalana. Otras más maduras, como
Nathalie Poza o Isabel Coixet, han declarado su hartazgo por "seguir
teniendo que reivindicar cosas" como mujeres, decía Poza, que compite
como mejor actriz por "No sé decir adiós". "Hay que tumbar eso y pasar
página", ha considerado la actriz.
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