El poeta Ernesto Uría presentó en Madrid su nuevo libro "Cuatro tintas del aire"


Ernesto Uría
Ernesto Uría durante la presentación en Madrid de "Cuatro tintas del aire"

El poeta donostiarra Ernesto Uría presentó anoche en el salón de actos de la delegación madrileña de la ONCE su quinto poemario “Cuatro tintas del aire”, editado por Cuadernos del Laberinto en su colección Anaquel de poesía. 

El poeta estuvo acompañado en la mesa por Alicia Arés, Irina Kouberskaya y Á. Álvaro Martín del Burgo quienes destacaron cómo “Cuatro tintas del aire” es una canción de máscaras en donde se muestran las relaciones amorosas en cuatro momentos concretos del sentimiento: el deseo, la ansiedad, el erotismo y la reflexión que están delimitadas por la cuatro partes que componen el poemario (Los amantes, Piel Roja, Quién fuera Líu y Poemas del agua).

Ante una sala a rebosar de amantes de la buena poesía y con el acompañamiento al piano y saxofón de Á. Álvaro Martín del Burgo y Fernando Pindado, el público pudo disfrutar de poemas tan hermosos como este:

Certera y decidida,
¿dónde apunta la flecha
grave y ligera?

¿Hacia arriba, hacia abajo?
¿Hacia el cubo, la esfera?
Hacia la tierna brecha.




Ernesto Uría se define a sí mismo como transeúnte deslumbrado por el tiempo e innumerableslugares, personas y propuestas artísticas en diferentes lenguas. Enamorado del talento y la inocencia, de miradas y rincones que consigo entrever o recordar; de las palabras y de la música, la de las almas, la celestial y aun la del azar.

Economista por la Comercial de Deusto, 1979. Afiliado a la ONCE en 1986, donde he desempeñado diversas tareas técnicas o directivas que concluyeron hace un par de años de forma abrupta. Cursos de Doctorado completados en Ciencias de la Información (UCM-2000). Terapeuta Gestalt (IPG-2009), miembro de la AETG. Aprendiz de actor en muy buenas manos y compañía, Sala Tribueñe. Terapeuta Sistémico-Constructivista (CEFA-2015). Ocupado en aprender, disfrutar, reparar, repararme y aceptar lo que vaya llegando lo que se obstina en no llegar, a mí mismo, la insatisfacción.

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